Alianza Social Independiente: el comodín

Por Yann Basset

La ASI empezó como Alianza Social Indígena. Obtuvo su personería jurídica vía la circunscripción especial indígena de la cual fue un actor principal desde su creación, representando comunidades indígenas del Cauca. A partir de los años 2000, incursionó en la política nacional avalando personalidades con perfil “independiente” como Antanas Mockus en su segunda alcaldía y en su carrera presidencial de 2006 o Sergio Fajardo en su aspiración a la alcaldía de Medellín en 2003. Desde entonces, ha empezado a avalar muchas candidaturas indiscriminadamente a lo largo y ancho del territorio nacional. Su cambio de nombre la desligó finalmente de su pasado indigenista mientras adquiría cada vez más una imagen de “fábrica de avales” sin identidad bien definida

La ASI es un partido que pasa debajo de los radares de la opinión pública porque no tiene mucha relevancia en las elecciones nacionales. En 2022, estuvo en la Coalición de la Esperanza y logró poner candidatos suyos en el Congreso vía sus listas, mientras en 2018, hacía parte de la Coalición de la Decencia que apoyaba Gustavo Petro (y avaló al senador Jonathan “Manguito” Tamayo quien se hizo famoso por pasarse al oficialismo en contra de su coalición y su partido apenas electo). En el ámbito local, sin embargo, la ASÍ es un actor mucho más relevante de lo que la opinión urbana puede imaginar. Es la séptima fuerza política en los ejecutivos locales, detrás de los cuatro partidos tradicionales, Centro Democrático y los verdes. Tiene 27 alcaldías propias y está en 100 coaliciones de otras, así como en 7 coaliciones de gobernadores electos. Para las elecciones del domingo 29 de octubre, la ASI es la 6ta fuerza política en número de avales, detrás de los 4 tradicionales y la Alianza Verde, y cada vez más en coalición.

Otro aspecto notable es que la ASI hace coaliciones con todo tipo de actores, sin exclusiva, con una preferencia marcada para los partidos tradicionales que corresponde, de hecho, a la mayor presencia de ellos.

Siguen la Alianza Verde, y el Nuevo Liberalismo de los cuales se esperaría mayor cercanía dadas las alianzas del año pasado, pero que no representan ni la mitad del número de coaliciones que suele hacer ASI con los tradicionales. En cuanto a los socios de izquierda del MAIS, la Colombia Humana o el Polo Democrático, casi no aparecen como socio, apenas menos que en 2019 cuando compartían coalición nacional con las listas de la decencia. MAIS es el único que sigue siendo un socio algo importante, quizás por el origen indigenista común, pero mucho menos que hace 4 años.

A nivel geográfico, ASI hace presencia en todo el territorio, aunque un poco más en el centro del país que en la costa Caribe o en el Pacífico. Contrariamente a lo que podríamos pensar, no desdeña las ciudades importantes. Presenta candidatos propios en Cartagena, Neiva, Pasto, Quibdó, Riohacha, Villavicencio y en coalición en Armenia, Buenaventura, Manizales, Pereira, Popayán, Tunja y Santa Marta, aunque en estos escenarios, sus avalados rara vez figuran entre los más opcionados.

En conclusión, ASI es uno de estos casos típicos que ilustran las diferencias entre los escenarios locales y el ámbito nacional. A pesar de la multiplicación de los partidos que facilita avales de todo tipo, su etiqueta sigue apetecida para los políticos locales, precisamente porque no implica un compromiso muy claro con ningún bando de la política nacional. Esto permite negociar apoyos y recursos con cualquier gobierno, aunque probablemente con límites en los momentos de campaña en que la política nacional tiende a polarizarse un poco más.

Nuevo Liberalismo: El primer pulso con un triunfo probable

Por: Sara Fonseca Sandoval

El Nuevo Liberalismo es otro de los partidos que han recuperado su personería jurídica recientemente tras haber sufrido un tipo de violencia que les impidió continuar con su proyecto político. Nacido como disidencia del Partido Liberal, persistió hasta 1989 cuando Luis Carlos Galán, su fundador, fue asesinado. Tras recuperar su estatus, el partido ha participado en las elecciones legislativas y presidenciales de 2022. Tras dichas elecciones solo consiguió dos cúrules en la Cámara de Representantes, un fracaso con su lista cerrada para el Senado y un segundo lugar en la consulta de la Coalición Centro Esperanza. Esta será la tercera elección en la que se mida como partido con su personería jurídica recuperada y la primera elección regional en la que podrá identificar sus fortines en la política subnacional.   

Para esta ocasión el partido presenta 330 candidaturas: 177 propias y 153 en coalición. Con esta cifra, se convierte en el séptimo partido con mayor número de candidaturas propias y el noveno en número total de candidaturas (considerando las coaliciones).  Es un número destacable, pues se reincorpora muy recientemente a la política y ya se ubica entre los 10 primeros lugares, solo detrás de partidos más tradicionales y experimentados en elecciones de este tipo. Es de hecho el partido nuevo con más candidaturas en estas elecciones territoriales.


En el panorama de las coaliciones que el partido conforma, su principal socio es el Partido Liberal. En una estrategia similar a la de la Alianza Verde, los principales socios del Nuevo Liberalismo para hacer coaliciones son los partidos tradicionales, que ya tienen unas bases electorales en las regiones y conocen las prácticas típicas de la política subnacional. Ahora bien, cuando se examina la coherencia ideológica de las coaliciones conformadas por el Nuevo Liberalismo, se encuentra que en su mayoría son coherentes. Al ser identificado como un partido de Centro, es coherente conformar coaliciones con partidos en esta misma posición, o con partidos de centroizquierda o centroderecha. En cambio, sus coaliciones con el Partido Conservador, Creemos y el Movimiento de Salvación Nacional, menos numerosas pero no excepcionales, son incoherentes por tratarse de partidos ubicados ideológicamente en una derecha más radical.

A nivel geográfico se observa que el partido presenta candidaturas en casi todo el país, con excepción de la región amazónica. La distribución de las candidaturas revela una doble apuesta del partido: presenta candidaturas en los lugares donde mejores resultados obtuvo en las elecciones legislativas de 2022 (Zona andina – Cafetera) y busca expandirse hacía donde sus resultados fueron más pobres como la Costa Caribe. Igualmente, se destaca que presenta candidaturas en zonas urbanas y en las grandes ciudades.  A nivel de capitales, presenta candidatura en Bogotá, Cali, Cartagena, Pasto, Tunja, Manizales, Bucaramanga, Cúcuta y Villavicencio. Es de destacar el caso de Bogotá, pues se perfila como el gran fortín para el partido. En la capital, no solo obtuvo el mejor resultado en las legislativas (llegando a ganar una curul en la Cámara) sino que su candidato es el más opcionado para convertirse en el próximo alcalde de la ciudad. 

La conquista de la alcaldía de Bogotá, el que muchos denominan el segundo cargo más importante del país, daría mucha más relevancia al partido a nivel nacional y sería un impresionante triunfo para un partido que se mide por primera vez en elecciones territoriales.  En el resto del país, se debe comprobar si la alianza con partidos tradicionales le sirve para hacer una incursión exitosa en la política subnacional. 

Comunes: Rompiendo el ostracismo

Por Claudio Petro

Comunes es el partido político que nace con posterioridad al acuerdo de paz entre el gobierno nacional y la extinta guerrilla de las FARC. En un principio se llamó Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, lo que era contraproducente pues mantenía las mismas siglas del grupo armado, por lo que decidió adoptar el nombre que hoy en día conocemos. Desde su fundación ha atravesado una serie de dificultades como la violencia dirigida hacia desmovilizados, el poco respaldo en las urnas y la existencia de disidencias del antiguo grupo guerrillero que aún están operativas. Actualmente el partido cuenta con 5 senadores y 5 representantes a la cámara, los cuales les corresponden en virtud de lo pactado en el acuerdo de paz, siendo este el último periodo en el que gozarán de esta prerrogativa. Así mismo, hay un mandatario local en ejercicio que fue electo en una coalición entre Comunes (en ese momento FARC), Colombia Humana-UP y MAIS: Plutarco Grueso, alcalde de Guapi, Cauca. Vale la pena mencionar que el alcalde de Turbaco, Guillermo Torres, conocido como “Julián Conrado”, el “cantante de las FARC”, fue parte del grupo armado, sin embargo, este fue electo con el aval del partido Colombia Humana. Tomando en cuenta que se avecinan las elecciones de mandatarios locales, este trabajo pretende resolver el interrogante de ¿Cómo este partido se plantea afrontar el nuevo reto electoral?

Para las elecciones de alcaldes, Comunes tiene participación en 100 candidaturas, siendo un número relativamente bajo comparado con las de otras agrupaciones políticas pero muy alto en comparación con ellos mismos en 2019, cuando solo tuvieron 23 candidaturas, siendo 13 de ellas propias. En su momento pocos partidos estaban dispuestos a asociarse con el entonces partido FARC, hecho que ha cambiado de la mano del Pacto Histórico y se hace evidente con el auge de candidaturas en coalición para estas elecciones, cuya composición analizaremos más adelante. Partiendo de lo anterior, se puede inferir que Comunes no cuenta con un capital político suficiente que garantice un buen desempeño de candidatos que se lancen exclusivamente por el partido, sin embargo, ha aumentado ostensiblemente su capacidad de asociarse con otros partidos de izquierda y centroizquierda gracias a su integración en el Pacto Histórico. Revisando los pocos municipios con candidatura propia del partido es posible notar que en 5 de ellos hay un patrón, pues estos sufren o han sufrido fuertemente las consecuencias del conflicto armado en el país, por lo que puede que haya mayor aceptación de candidatos provenientes de un partido que surge a partir del proceso de paz, como también puede que los grupos armados sigan contando con cierta legitimidad como consecuencia de que hayan reemplazado la presencia estatal en el pasado.

Nombre del MunicipioParticularidades
BURITICA, ANTIOQUIAActividades de minería ilegal con presencia del Clan del Golfo (Pardo, 2023) [1]
MARIA LA BAJA, BOLÍVARMunicipio en la región de los Montes de María que ha sido afectado por el conflicto armado desde el siglo pasado. Hoy hay presencia del clan del golfo. Las FARC en su momento tuvo presencia, pero en los años 2000 el poder lo concentraba principalmente las AUC. (Osorio, 2015)[2]
SAN JACINTO, BOLÍVARTambién ubicado en la región de los Montes de María, las FARC tuvo una fuerte presencia en los años 90 a través del Bloque Caribe. (Verdad Abierta, 2023)[3]
JAMUNDÍ, VALLE DEL CAUCAPresencia de las disidencias de las FARC en el municipio (El País, 2023) [4]
PUERTO GUZMÁN, PUTUMAYOPresencia de las disidencias de las FARC, este año se enfrentaron dos bloques que pertenecían al mismo grupo (Lewin & Osorio, 2022).

En cuanto a las coaliciones, el partido Comunes forma parte de coaliciones amplias con partidos de izquierda y centro izquierda, los cuales en su gran mayoría formaron parte del Pacto Histórico para las elecciones legislativas y presidenciales del año pasado. Lo anterior es coherente al considerar que se trata de movimientos minoritarios que de forma independiente no podrían obtener un buen desempeño. A continuación, se puede apreciar el número de candidaturas para alcaldías en 2023 en las que Comunes participa en coalición con cada uno de los partidos comparadas con las que se formaron en 2019.

En cuanto a la distribución geográfica de las candidaturas, es evidente que las coaliciones de las que hace parte Comunes siguen la lógica de las elecciones presidenciales en las que fue electo Gustavo Petro, pues la gran mayoría están lideradas por su partido, Colombia H

umana. Se destaca la alta presencia de candidaturas en departamentos ubicados en el Pacífico como en los casos del Valle del Cauca y Cauca. Así mismo, en Cundinamarca y Antioquia también hay un alto número de candidaturas, aunque teniendo presente que son departamentos con un número total de municipios bastante mayor a los primeros dos que se mencionaron, por lo que la incidencia es menor. En departamentos del eje cafetero solo participan por la alcaldía de Pereira y en los departamentos de Vaupés, Guainía, Casanare y Magdalena no participaron de ninguna candidatura. En cuanto a las candidaturas propias, además de los municipios ya mencionados también encontramos a Cerrito, Santander, y a San Lorenzo, Nariño. En suma, puede decirse que sus candidaturas se concentran principalmente en las zonas periféricas y rurales del país, especialmente en la región Pacífica. Caso contrario de la región Andina donde tiene muy pocas comparado a otras agrupaciones como el Movimiento de Salvación Nacional, que volvió a la vida recientemente.

Para finalizar, podemos ver que Comunes es un partido que no ha logrado consolidarse como una fuerza independiente, por lo que su estrategia se centra en apalancarse del capital político de un sector progresista que para estas elecciones locales sí decidió abrirse a asociarse con ellos. En consecuencia, se aprecia un aumento considerable de candidaturas a alcaldías por parte del partido. Se espera que el desempeño que pueda llegar a tener en las próximas elecciones varíe con respecto a las elecciones legislativas y presidenciales que tuvo el Pacto Histórico, pues en la dimensión local las lógicas suelen ser distintas, sumado al desgaste ante la opinión pública del gobierno nacional. Así, estas elecciones serán de gran significado para Comunes, pues de ellas depende que logren consolidar bases territoriales con el fin de que pueda sobrevivir a futuro, considerando que en las próximas elecciones legislativas su representación en el Congreso dependerá exclusivamente de su desempeño electoral.

Referencias

Lewin, J. E., & Osorio, C. (2022). 18 muertos por combates entre dos grupos disidentes en el Putumayo. Obtenido de El País: https://elpais.com/america-colombia/2022-11-21/18-muertos-por-combates-entre-dos-grupos-disidentes-en-el-putumayo.html

Osorio, E. (2015). Lecciones Para El Posconflicto: ¿Por Qué El Fin Del Conflicto Armado En María La Baja, Bolívar (2006-2014) No Puso Fin De La Violencia? Revista Palobra, 15, 260-271. Obtenido de Repositorio Universidad de Cartagena: https://repositorio.unicartagena.edu.co/handle/11227/7780

Pardo, J. (2023). La guerra por la minería sigue desatada en Buriticá: el clan del Golfo estaría detrás de los ataques violentos. Obtenido de infobae: https://www.infobae.com/colombia/2023/10/16/la-guerra-por-la-mineria-sigue-desatada-en-buritica-el-clan-del-golfo-estaria-detras-de-los-ataques-violentos/

Redacción. (2023). Alerta en Jamundí por enfrentamientos entre Ejército y disidencias de las Farc este martes. Obtenido de El País: https://www.elpais.com.co/valle/alerta-en-jamundi-por-enfrentamientos-entre-ejercito-y-disidencias-de-las-farc-este-martes.html

Redacción. (2023). San Jacinto: un pueblo ‘secuestrado’ que espera por su reparación. Obtenido de Verdad Abierta: https://caso-01-secuestro.verdadabierta.com/san-jacinto-un-pueblo-secuestrado-que-espera-por-su-reparacion/

Colombia Humana: las grandes esperanzas

por Yann Basset

Después de la victoria de Gustavo Petro a la presidencia, el partido que fundó después de su paso por la alcaldía de Bogotá aspira a transformar el triunfo nacional en un empuje en el escenario local para lograr las bases territoriales que la izquierda nunca ha podido consolidar en el país. Sin embargo, las expectativas que tenía el movimiento al respecto se han ido enfriando con el paso del tiempo. En primer lugar, como hemos tenido la ocasión de explicar en otra parte, el escenario territorial y el nacional tienen una importante autonomía relativa. Sería por tanto erróneo esperar obtener en las elecciones locales algo parecido al 17% de los votos que el Pacto Histórico obtuvo al Senado a nivel nacional el año pasado. En segundo lugar, la popularidad del presidente ha menguado considerablemente desde la ruptura de la coalición de gobierno que se produjo unos 6 meses antes de las elecciones, y el empuje que podía esperar la Colombia Humana en el voto urbano por su figura probablemente no será tan fuerte como se podía esperar hace un año. Finalmente, las negociaciones en el seno del Pacto Histórico para reproducir la coalición vencedora en el ámbito nacional en los territorios han sido laboriosas y poco exitosas. Como lo explicó la profesora Rocío Rodríguez en un reciente artículo, las coaliciones a geometría variable denominadas Pacto Histórico sólo agrupan parte cambiante de los partidos que constituyen la alianza, y en algunos casos, compiten con candidaturas de otros socios de la misma.

Conviene relativizar este último punto. Para las candidaturas a las alcaldías que nos interesan acá, el proceso fue algo más fácil que para ordenar listas a cuerpos colegiales. Al final, existen 130 candidaturas a alcaldías que contienen en su denominación la expresión “Pacto Histórico”, y que son conformadas por algunos de los 12 partidos de la alianza que llevó Petro a la presidencia. Es decir, hay una candidatura “tipo Pacto Histórico” en 10% de los municipios. Sin embargo, siguen siendo coaliciones cambiantes que no se pueden estudiar como una unidad en sí. La Colombia Humana en cambio, el partido fundado por Petro y que presta a la coalición sus colores y la forma de su logo puede ser estudiada como el corazón del Pacto, aun si no lo agota. Existen incluso en el Pacto formaciones que parten con más bases territoriales que ella: el MAIS ganó 20 alcaldías propias en 2019 y estuvo en 56 coaliciones ganadoras, el Polo Democrático ganó 3 y estuvo en 12 coaliciones ganadoras, incluyendo la que ganó Bogotá con Claudia López. Colombia Humana en cambio, sólo ganó una alcaldía y está en 7 coaliciones ganadoras.

En todo caso, en esta oportunidad, la Colombia Humana es de lejos el partido del Pacto Histórico que presenta más candidaturas y que apuesta más duro. Duplicó sus candidaturas propias con respecto a 2019, y aumentó considerablemente su participación en coaliciones. Notemos de paso que, hace 4 años, la Colombia Humana era en realidad “Colombia Humana-Unión Patriótica”. Usaba la personería jurídica de la UP por no tener todavía la suya propia. En 2023, la UP casi no presentó candidaturas propias y sólo jugó en las coaliciones tipo Pacto Histórico, generalmente al lado de Colombia Humana, por lo que la comparación no representa mayor problema.

El hecho de tener más candidaturas propias que en coalición contrasta con los partidos tradicionales y es típico de los movimientos nuevos que tratan de posicionarse. De hecho, en número de candidaturas propias, Colombia Humana llega en cuarta posición en estas elecciones, detrás del Partido Liberal, el Partido Conservador y la Alianza Verde, pero delante de la U y Cambio Radical. En cambio, en total de candidaturas, sumando las propias y las de coaliciones, sólo llega en octava posición.

Sin sorpresa, los mayores socios de coalición de la Colombia Humana son, casi al mismo nivel, la Unión Patriótica (que como vimos, ya lo era en 2019 de algún modo), Comunes (que logra gracias a su entrada al Pacto Histórico romper el ostracismo en el que estaba todavía hace 4 años), y el Polo Democrático Alternativo (que ya era el mayor socio en 2019). Un poco después, encontramos el Partido Comunista, Todos Somos Colombia (el partido de Clara López), el Partido de los Trabajadores de Colombia, y el MAIS. De este modo, casi la totalidad de las coaliciones se hacen dentro del Pacto. Casi desaparecen las coaliciones con la Alianza Verde, que era todavía el segundo socio en 2019, y lo hacen completamente las con los partidos tradicionales, que, aun escasas, todavía existían hace 4 años.

Geográficamente, la Colombia Humana trata de llegar a todo el territorio, en particular a las ciudades o capitales departamentales para las cuales privilegia las coaliciones. En cambio, las candidaturas propias abundan en el interior de la costa Caribe, mientras el Pacífico y el sur-occidente, que habían sido el baluarte de Gustavo Petro y del Pacto Histórico el año pasado parecen relativamente relegados.

¿Qué podemos esperar de las apuestas de la Colombia Humana? Quizás no tanto para las elecciones de 2023. Muchas candidaturas son de activistas relativamente nuevos en política electoral con poca posibilidad de ganar. Además, en Bogotá, la plaza fuerte tradicional de la izquierda, la candidatura de Gustavo Bolívar no parece en posición de ganar. El esfuerzo servirá quizás más a mediano plazo para consolidar el partido e instalarlo como el eje de la izquierda en el futuro.

Movimiento de Salvación Nacional: en búsqueda de un lugar

Por Manuel López

Con la apertura democrática de la década de los 90’s, el número de partidos políticos se multiplicó. De un sistema bipartidista, en el que, si bien existían otros partidos, solo 2 de ellos eran competitivos antes de 1990, el número creció rápidamente a 23. Entre ellos, el Movimiento de Salvación Nacional, una disidencia del Partido Conservador liderada por Álvaro Gómez Hurtado, hijo del expresidente Laureano Gómez. Luego de las elecciones de 1990 en las que Gómez Hurtado se presentó como candidato, mantuvo algunas curules en el Congreso hasta que perdió su personería en 2006.  En el 2021, tras una decisión del Consejo Nacional Electoral que le devolvía la personería jurídica al Nuevo Liberalismo, el entonces extinto partido ‘Movimiento de Salvación Nacional’ tomó provecho de dicho precedente y retornó a la arena electoral del país en medio de una coyuntura y un revolcón en el sistema político. Esta decisión se dio como una forma de “reparación por la violencia política” – concepto que ya hacía carrera en el país – a causa de la muerte de Álvaro Gómez Hurtado. MSN se reestrenó con la candidatura presidencial de Enrique Gómez Martínez, sobrino del fundador, en 2022. ¿Cuáles son las cartas que juega Salvación Nacional en estas elecciones locales y cuál es su estrategia electoral? Son preguntas que serán tratadas en el presente artículo.

En primera medida, es necesario mencionar que el partido se estrena en el ámbito subnacional. 156 son las candidaturas propias, es decir, presentadas sin coaliciones, y 69 en este tipo de participación. Aunque la cifra parece pequeña, lo cierto es que resulta ambiciosa si se tienen en cuenta otras agrupaciones de mayor trayectoria como el Polo Democrático Alternativo o el partido MIRA y/o Colombia Justa Libres. Así, la estrategia de Salvación Nacional consiste en expandirse y tener presencia en el nivel local, quizá, con miras a una consolidación e institucionalización partidaria.

En el mapa se muestran los municipios en donde el Movimiento de Salvación Nacional cuenta con una candidatura, bien sea propia o en coalición. Como se observa, su presencia en esta contienda se concentra mayoritariamente en las capitales y centros urbanos de los departamentos del centro y norte del país, con algunas pocas excepciones notables como Pasto y Buenaventura, las cuales se encuentran en el sur y el pacífico colombiano respectivamente. Un aspecto salta a la vista aquí: el partido busca mantener una presencia en zonas históricamente alineadas a la derecha. Ejemplo de lo anterior es que, de acuerdo con el mapa, su fortín electoral se encuentra en Antioquia. Por lo demás, se trata de una presencia urbana, con un número pequeño de candidaturas en zonas rurales, a las que intenta arribar mediante coaliciones, como es el caso de San Vicente del Caguán y otros municipios. De este modo, podemos decir que el MSN le apuesta principalmente al voto de opinión urbano de derecha.

Ahora bien, las coaliciones son un instrumento secundario. De 225 candidaturas, 69 son coaliciones. Los partidos con los que el Movimiento de Salvación Nacional se relaciona en mayor medida en este tipo de participación política son el Centro Democrático, con 31 apariciones; el Partido Cambio Radical, con 14; el Partido Conservador con 9; el Partido de la U con 9 y Creemos, con 8.  Quizá en este escenario el Movimiento de Salvación Nacional constituye una excepción a la regla general descrita en otras entradas de esta serie, pues el ámbito ideológico sí cobra una gran relevancia en el ámbito subnacional, contrario a lo que sucede, por ejemplo, con el Partido Alianza Verde. En ese sentido, Salvación Nacional comparte coaliciones con partidos de centro derecha y derecha, como lo son el Centro Democrático, Creemos, el Partido Conservador y Nueva Fuerza Democrática, todos afines a sus posiciones ideológicas. Sin embargo, ello no implica que no haya hecho alianzas estratégicas con partidos como el Nuevo Liberalismo, el cual se aleja más de sus postulados. En el siguiente gráfico se retrata lo mencionado.

Una posible explicación de la variedad de lugares en donde hay candidaturas en las que se muestra el nombre de Movimiento de Salvación Nacional la dan Milanese y Albarracín (2022)[1], quienes señalan que, no en pocas ocasiones, las etiquetas partidarias se distribuyen como franquicias, en lugares en los que hay políticos interesados en adquirirlas. Esto se debe en parte al bajo enraizamiento de los partidos en la sociedad. Otra puede encontrarse en la pérdida de popularidad que han tenido algunos alcaldes alternativos, como lo son William Dau, Jairo Yáñez y Claudia López. De esta manera, Salvación Nacional buscaría ganar el espacio perdido por los partidos de izquierda y centro izquierda. Esta última hipótesis es factible si se tiene en cuenta que el partido tiene candidaturas en lugares con tendencia hacia el voto progresista como Bogotá y Pasto, y en aquellos en donde en las anteriores elecciones ganaron candidatos de esta tendencia como Cúcuta y Cartagena.

En conclusión, el Partido Movimiento de Salvación Nacional pretende expandirse territorialmente mediante, al menos, dos estrategias. La primera, consolidarse en lugares en donde el voto ha sido históricamente hacia partidos de ala conservadora – o de derecha –; la segunda, desplazar a los partidos de izquierda y centro izquierda en ciudades de gran importancia y en donde estos han perdido popularidad.


[1] Milanese, J. P., & Albarracín, J. (2022). Congruencia y enraizamiento partidario. Análisis de las elecciones para cuerpos colegiados 2018-2019. En En configuración permanente. Universidad de los Andes; Digitalia. https://www.digitaliapublishing.com/a/128093