Las curules al Congreso en los acuerdos de paz: “¿Qué se regala a las FARC?”

Tras el cierre de las negociaciones entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC en La Habana-Cuba, se conocieron los pormenores de la trasformación del grupo guerrillero en un partido o movimiento político. Entre los elementos más polémicos se encuentra la manera en que se garantizará la representación de las FARC en el Congreso de la República.

Según el acuerdo establecido por las dos partes en Cuba, en el caso de la Cámara de Representantes, el movimiento político derivado de las FARC podrá presentar listas únicas de candidatos propios o en coalición con otros movimientos o partidos políticos para cada una de las circunscripciones territoriales de la Cámara (los departamentos y la Capital de la República).  En el caso del Senado, las FARC podrán presentar una lista propia o en coalición para la circunscripción nacional. En ambos casos, las listas de la guerrilla competirán en igualdad de condiciones con los demás movimientos y partidos políticos del país.

Los acuerdos de La Habana establecen, bajo el supuesto de que esta es la primera experiencia electoral de las FARC dentro de la legalidad y las normas electorales, razón por la cual la guerrilla no cuenta con la organización política necesaria para obtener resultados positivos en las elecciones de 2018 y 2022, que el movimiento político de la ex guerrilla tendrá un mínimo de 5 curules en la Cámara de Representantes y 5 en el Senado, para conformar una representación básica de 10 Congresistas dentro del órgano legislativo. En el caso de la Cámara, los escaños se asignarán entre las listas más votadas en las diferentes circunscripciones electorales. En el Senado, los escaños se repartirán entre los primeros puestos de la lista presentada a nivel nacional por la organización política derivada de las FARC.

Es fundamental tener en cuenta que el mínimo de curules establecidas en el acuerdo, se activa a partir de los resultados que obtenga el movimiento político de la guerrilla en las urnas. Es decir que, en caso de que la guerrilla logre los votos suficientes para obtener 2 senadores en 2018 o 2022, únicamente se le otorgarán 3 puestos adicionales en esta sección del Congreso, para completar el mínimo de 5. De igual manera, si obtuviera una curul en 4 departamentos para la Cámara de Representantes, se le otorgaría una adicional en la circunscripción que hubiere obtenido más votos, sin tomar en cuenta los departamentos en los cuales ya obtuvo un espacio para el legislativo.

En este sentido, aunque se ha señalado que la guerrilla obtendrá 10 curules “gratis” en el Congreso, en realidad el número de espacios otorgados por ese mecanismo dependerá de los resultados electorales que obtenga las FARC en las elecciones de 2018 y 2022. Es posible en efecto que el mecanismo implique “regalar” 10 curules a las FARC, pero puede ocurrir también que no resulte en ningún privilegio para su futuro partido en el caso de que logre ganar 5 o más curules en ambas cámara por los mecanismos ordinarios. De igual manera, es importante tener en cuenta que incluso los 10 escaños en el Congreso son notoriamente insuficientes para tramitar cualquier tipo de proyecto de ley o acto legislativo sin el apoyo de otras fuerzas.

En el presente documento, el Observatorio de la Representación Política de la Universidad del Rosario realiza una evaluación de los escenarios electorales bajo los cuales se desarrollaría la incorporación de las FARC al órgano legislativo. Se proyecta el número mínimo de votos que necesitaría el movimiento político derivado de las FARC para obtener, por vía ordinaria, curules en el Senado o la Cámara de Representantes sobre la base de los resultados electorales de 2014, y la manera en la que los acuerdos de La Habana actuarían en cada escenario.

Las posibilidades de las FARC en la Cámara de Representantes

El procedimiento de garantía funcionará asignando una curul en la Cámara de Representantes a cada una de las cinco listas más votadas que no alcanzarán a obtener una curul, hasta completar las 5 garantizadas. Esta garantía será válida únicamente por dos elecciones, 2018 y 2022, tiempo en el cual el partido o movimiento político de las FARC, se espera, habrá estrechado sus vínculos con la sociedad civil y se podrá convertir en legitimo intermediario entre el Estado y la sociedad.

Ya que está definido el número de curules aseguradas a las FARC, nos hemos propuesto proyectar las posibilidades de obtener sus curules sin necesidad de acogerse a la garantía del punto tres de los acuerdos. Para ello, presentamos una lista de los departamentos en los que actualmente tiene presencia el grupo guerrillero, según el informe de riesgo electoral para el plebiscito de la Misión de Observación Electoral, el número de curules que actualmente se disputan en la circunscripción y el número de votos que obtuvo la última lista de los partidos que se presentaron en 2014, superaron el umbral y entraron en la cifra repartidora.

Departamentos con presencia de las FARC # curules votos última lista ganadora
Antioquia 17 58.067
Valle 13 52.003
Bolívar 6 89.863
Tolima 6 45.585
Córdoba 5 95.018
Norte Santander 5 69.258
Nariño 5 68.566
Cauca 4 42.348
Cesar 4 39.355
Huila 4 47.221
Meta 3 47.260
Chocó 2 29.264
La Guajira 2 62.314
Arauca 2 18.170
Vichada 2 5.894
Guaviare 2 5.858
Putumayo 2 17.019
Vaupés 2 2.663
Casanare 2 25.803
Caquetá 2 16.515

 

Los resultados que arroja la tabla nos dan una idea de los votos que necesitarían obtener los desmovilizados de las FARC para ganar curules en cada departamento por vía ordinaria. Aunque es naturalmente difícil estimar la fuerza electoral que puede tener las FARC en cada departamento, las cifras sugieren que en muchos, le sería muy complicado llegar al número de votos mínimo necesario para acceder a su curul, más si tenemos en cuenta que competirían con verdaderas maquinarias electorales de partidos políticos y líderes regionales que tienen ya consolidado su caudal electoral en los departamentos, pensamos en departamentos como Antioquia, Córdoba, Valle, Bolívar y Norte de Santander. Sin embargo, las FARC tienen una ventaja natural: tienen mayor presencia en departamentos poco poblados cuyas curules no parecen tan difíciles de alcanzar. Es el caso de los departamentos de Vichada, Guaviare, Vaupés, Caquetá y Putumayo que tienen umbrales con los cuales un partido o movimiento derivado de la desmovilización podría competir sin necesidad de acudir al salvamento de su garantía.

De este modo, en el caso de la Cámara, podemos anticipar que la fuerza que resulte de la desmovilización de las FARC podría ganar varias curules por vía ordinaria, con lo cual las concesiones que se le otorga en los acuerdos serían mínimas en la práctica.

Sin embargo, la protección que brinda para las FARC el acuerdo de la Habana puede convertirse en un problema a largo plazo. Una vez que las circunscripciones transitorias especiales de paz hayan sido definidas por el legislativo, pueden fácilmente quedar ubicadas en los mismos lugares y regiones en los que las FARC tendrían mejores oportunidades para la competencia electoral. Ya que dentro de estas circunscripciones de paz las garantías no solo cubren a movimientos y partidos políticos surgidos de la desmovilización, otras colectividades y movimientos de ciudadanos entrarían a competir con la fuerza política de las FARC en territorios donde tienen presencia y pueden ejercer influencia. Así las cosas, las FARC corren el riesgo de ver difuminada su presencia entre una multiplicidad de grupos significativos que buscaran competir electoralmente cobijados por las circunscripciones especiales de paz. Esto podría quitarles fuerza en las circunscripciones ordinarias, lo que no les favorecería a largo plazo.

El Senado

El referente natural para evaluar las posibilidades electorales de las FARC en el Senado son los tres últimos partidos que en las elecciones legislativas de 2014 superaron el umbral del 3%, que representó 364.094 votos (mínimo legal establecido para obtener representación en esta cámara del Congreso), y que consiguieron por esta vía precisamente las 5 curules que tendría la ex guerrilla garantizada. Estos son: Partido Alianza Verde, Polo Democrático Alternativo y Partido Opción Ciudadana.

En primer lugar, los Verdes obtuvieron 567.102 votos, 3.88% de la votación, mostrando fortaleza en Amazonas, Caquetá, Casanare y Chocó. Naturalmente teniendo como principal motor la popularidad de Claudia López y Antonio Navarro Wolff. En segundo lugar, el Polo obtuvo 540.709 votos, 3.73% de la votación, capitalizando más de la mitad de sus votos en la figura de Jorge Enrique Robledo e Iván Cepeda Castro. Finalmente, Opción Ciudadana logró superar el umbral con 534.250 votos, 3.65% de la votación. Su fuerte fue Nerthink Mauricio Aguilar en Santander, y la combinación de las otras figuras en el departamento de Sucre.

Estas cifras muestran que el movimiento político derivado de las FARC tendría que obtener más de 350.000 votos para poder obtener curules por el sistema ordinario, suponiendo que una reforma política realizada en el marco del Procedimiento Legislativo Especial para la Paz no eleve este umbral para las elecciones de 2018. En este caso, por más difícil que sea anticipar el potencial electoral del futuro partido que resulte de la desmovilización de las FARC, la posibilidad de que alcance 2 o más curules por vía ordinaria parece muy lejana dada la realidad electoral de Colombia. Y allí entonces podría hablarse de curules “regaladas” en vista de no alcanzar el umbral.

Ahora bien, dicho regalo podría resultar envenenado. Esta garantía de curules puede jugar en contra del nuevo movimiento derivado de la desmovilización de las FARC, en tanto se convierte en un desincentivo para buscar y acumular votos para superar el umbral y hacerse con más curules. Si pasar el umbral por vía ordinaria es difícil para él, ni pensar en una sexta curul que requeriría una cantidad de votos mucho mayor a la ya alcanzada por los tres partidos mencionados anteriormente. En consecuencia, podríamos ver rápidamente el movimiento convertido en una minoría o incluso que en un futuro se llegue a fragmentar en distintos movimientos que se disputen las 5 curules garantizadas en vez de pelear juntos por una sexta, lo que es más o menos lo que les pasa a las minorías indígena y afrocolombiana con las circunscripciones especiales. Esta fragmentación sería un problema jurídico, en tanto que no se especifica en el texto de los acuerdos de qué manera se repartirían estas 5 curules entre dos o más movimientos derivados de las FARC.

La experiencia de la Alianza Democrática M-19 puede ser instructiva para el nuevo movimiento político. Para 1991, la AD M-19 logró 9 senadores y 12 representantes sin beneficios electorales. Sin embargo, para 1994 no obtendrían ninguna y para 1998 su votación no superó los 40.000 votos. Como resultado de lo anterior, las figuras terminaron repartidas en diferentes partidos políticos, entre ellos los ya mencionados Alianza Verde, el Polo y el más reciente, creado por el ex M-19 Gustavo Petro, los Progresistas.

 

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